Acerca del Simposio

Transformar la Educación: Educación Ética para Aprender a Vivir Juntos

El simposio tiene como objetivo acelerar la acción global y el apoyo para priorizar la educación ética como un aspecto crítico para que las sociedades fomenten el aprendizaje para vivir juntos, contribuyendo a avanzar mejor. Busca reunir a varios socios, incluidos los educadores, niños, niñas y jóvenes, líderes religiosos, organizaciones religiosas y de la sociedad civil, investigadores académicos, agencias multilaterales y políticos para reflexionar juntos, colaborar y promover la educación ética para los niños y las niñas en todo el mundo.

Antecedentes

Hoy en día, los niños, niñas y jóvenes viven en un mundo cada vez más globalizado, donde el potencial de aprendizaje y colaboración en torno a problemas comunes de interés entre pueblos de diferentes culturas y religiones es enorme; sin embargo, también vivimos en un mundo cada vez más dominado por el fundamentalismo y el extremismo, los estereotipos negativos y el miedo al otro, la violencia y la desconfianza; un mundo donde los niños y las niñas crecen sin el aprecio del otro, y donde la educación tiende a dividir, fragmentar y sumergir a los niños en espacios de aprendizaje compartimentados, según la clase socioeconómica, la religión, las capacidades de aprendizaje e incluso el género, reforzando así los mismos factores que conducen a las divisiones y el miedo al otro en las sociedades en general.

En un mundo con un creciente reconocimiento de la interconexión y la interdependencia, nuestras acciones afectan no solo a las personas, sino también a nuestra comunidad global. Los desafíos que enfrentamos en el mundo de hoy nos conciernen a todos. Debemos aprender a construir relaciones positivas y resolver estos desafíos de manera colectiva, con empatía, respeto y comprensión de las diferencias con personas de diferentes culturas y religiones, contribuyendo a la solidaridad y a la construcción de sociedades más pacíficas e inclusivas. El documento sobre Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia reitera la importancia de estos valores y pide la colaboración conjunta para promover los derechos humanos y la igualdad, el respeto de las diferentes culturas y creencias, la dignidad y los derechos humanos como principios para la construcción de una sociedad pacífica.

La educación es una fuerza significativa para la transformación; contribuyendo al empoderamiento de las personas y las comunidades, fomentando la inclusión y la cohesión social. Puede servir como un igualador para la sociedad y ayudar a promover un desarrollo equitativo. Hoy en día, la educación debe re-imaginarse y reinventarse para responder a los múltiples desafíos éticos de las sociedades, pero también a la naturaleza globalizada de nuestras interacciones y vida diarias. Hoy en día, la educación debe basarse en una perspectiva ética de la sociedad, donde las escuelas y los programas de educación no formal se entiendan a sí mismos como parte de una comunidad y como actores clave en el fomento de la cohesión social y la construcción de la paz; donde los principios que guían la educación, no solo el contenido sino también la gestión, son sensibles a las diferencias culturales y religiosas; donde los espacios educativos son seguros para que los niños fortalezcan su sentido de pertenencia, identidades inclusivas, y les permitan convertirse en quienes quieren ser, conectarse con los demás y transformarse a sí mismos y al mundo que los rodea, contribuyendo así a su desarrollo social, emocional y espiritual.

Scroll to Top